Página 74, añadimos fotografías del Camino de Pigüeña a Chaneces
Página 77, ampliamos:
Aunque
el camino que más llama la atención al montañero observando La Sierra de
Pigüeña desde la zona de Chaneces, es el citado camino que sube en zig-zag
desde Las Veigas a ganar El Alto o Chanu La Sierra, no se agotan aquí en cambio
las opciones de ascenso a este tan desconocido cordal.
Lo
cierto es que desde el pueblo no se aprecia camino alguno en el tramo de La
Sierra que sobrevuela las casas, sino únicamente la ladera de La Escamplada
La Cerra, una amplia cuesta argañosa salpicada de algunos robles y fayas.
No obstante lo comentado, las apariencias en este caso engañan, pues el último
bloque calizo esconde un sendero de montaña realmente espectacular.
Para
ganar el cordal de manera tan directa, hemos de estar muy atentos a nuestro
paso por la Braña de Chaneces. Cuando el camino va en llano cogiendo dirección
ya hacia Las Veigas y con las murias de la braña por nuestra izquierda, hemos
de estar muy atentos a un desvío que se adentra entre las fincas pasando entre
dos cabanas. Fijémonos bien porque en la ladera situada tras las mencionadas
cabanas y justo bajo las dos peñas calizas (Pena Mochada y Pena
Chaneces), y de nombre SulaPena, un excelente camino de montaña
remonta a izquierda en busca de La Cerra Pigüeña.
El
camino asciende en diagonal a izquierda en busca de un colladín situado a la vera de Pena Melera, una peña caliza con
alguna encina.
Tras
el colladín, La Escamplada La Cerra se muestra ya sobre nuestras cabezas,
aunque de momento seguimos el camino que poco a poco se va transformando de camino
a sendero, y de sendero a trocha maltratada por escobas y artos. Con El Pico Picaltchongo
abajo y a izquierda, remontamos a derecha por La Escamplada La Cerra sin temor
a la pendiente, pues el terreno escalonado resulta muy seguro, aunque bien es
cierto que muy exigente en cuanto al esfuerzo físico.
¿A
dónde dirigirse?, seguro que es una pregunta que acecha al montañero en este
preciso instante según sube por esta ladera, pues el sierro calizo se presenta
desde aquí abajo con una naturaleza bastante agreste, y no se aprecia el paso
que lo salve con dignidad. En este momento he de poner énfasis en todo lo que da
de sí este Parque Natural, porque resulta sorprendente como una zona que se nos
presenta como ciertamente agresiva va a ser conquistada tras la repentina
aparición de un sendero de montaña de los que no se olvidan. Cierto es que el
conocimiento de estos caminos no se alcanza
jugando a la lotería, siendo el debido amillaramiento del terreno algo
obligado pues será el estudio que nos proporciona la sapiencia de los pasos adecuados.
Para mí, y en este momento, es fácil señalar al lector el punto exacto donde el
camino aparece, pero en su momento créanme que no lo fue. Pero vayamos al toro,
y situemos nuestra visión en un punto del inicio de la caliza con una pequeña
mata de fayas adosada a la misma, pues allí, y como por arte de magia, aparece
el sendero que nos colocará en el llamado Alto El Tchaguazo.
El
sendero exige un tránsito montañero sin prisa alguna, por un lado porque el
propio camino resulta de una belleza digna de mención, segundo porque la visión
sobre el pueblo de Pigüeña lo es a vista de pájaro, y tercero porque al cortar
literalmente la peña caliza del Sierro La Cerra, el sendero se ve
acompañado en algún momento de zonas muy rotas y algo resbaladizas que pueden
conllevar que alguna piedra se desprenda hacia abajo pudiendo perjudicar a
algún compañero. La buena caja del mismo hemos de justificarla en el uso diario
por venados.
Muy
pronto alcanzaremos el ya citado Alto El Tchaguazo, mientras al otro lado de La
Sierra de Pigüeña el cambio de paisaje resulta atronador. Efectivamente, de una
ladera de argaña y caliza, pasamos ahora a una extensa zona de helechos (Los
Falgueirales) que dará paso a un conjunto de vatchinas cubiertas por el
bosque de fayas del Monte El Gatcho. Nos encontramos en el Monte
de Utilidad Pública del Gatcho, perteneciente a los pueblos de Pigüeces y
Pigüeña, cuyos derechos de aprovechamientos madereros y de pasto se regían por
el llamado “convenio”.
El
paraje de Los Falgueirales, es decir la gran mancha de helechos que se extiende
hacia la vertiente de Pigüeces, se compone a su vez de varias zonas: La Cerra
Pigüeces, Coruxeo, La Liguera, Lollanco, Fresnéu y El Tchombu El Tchumbadeiro. Por su parte,
cuando los helechos dejen paso a la mancha de arbolado, las zonas a tener en
cuenta son: Las Veigas del Gatcho, La Biesca, Falgueras, La Gargantietcha, El
Rozu y El Tchamazón.
Desde
El Alto El Tchaguazo continuamos ruta siguiendo el cordal. Primero una
trasparente cuesta con fayas de buen calibre nos eleva al Sierro Sardón, un
mogote cubierto de peñas y piornos que salvamos por la izquierda, y tras el
cual, La Sierra se allana en el paraje de Las Veigas del Gatcho. Aquí
los viejos cantaderos de urogallo saltan a la vista, con un terreno muy limpio de
campa y hojas donde se alternan fayas y acebos. Avanzando más o menos en llano
desde El Gatcho, pronto apreciaremos como por la derecha y sobre el cordal,
aparecen en el llano los piornos ubicados en El Alto o Chanu La Sierra. En ese momento confluiremos por lo tanto con la ruta que subiendo desde Las Veigas
llegaba aquí por el camino en zig-zag de La Sierra.
Las Veigas del Gatcho.
En
este punto, Alto o Chanu la Sierra, las posibilidades de ruta son varias: 1º) La opción que viene
descrita en el libro de optar por el camino que va en diagonal descendente y
por el bosque hacia El Chanu La Chanza, 2º) Descender hacia terrenos de
Pigüeces buscando La Fuente La Biesca atravesando en descenso el bosque de fayas
para salir luego por La Vatchina El Tchumbadeiro, 3º) seguir el cordal por El Pozo para
alcanzar El Alto Las Gabuxas (cumbre más alta de La Sierra). De momento seguimos
ascendiendo para acabar de recorrer La Sierra en toda su integridad. A la
derecha observaremos en nuestro ascenso primero el hoyo del Pozo, ganando con rapidez
la cumbrera, donde apreciaremos que hay dos pequeños llanos situados prácticamente
de manera sucesiva: primero El Alto Falgueras justo sobre la última línea de bosque, y después, la zona abierta a la luz donde se
ubica el gran mojón o jito de La Sierra, El Alto Las Gabuxas (1.249 m).
Aunque
en el mapa de Adrados se mencione a la cumbre como Alto Folgueras, se trata en
realidad del Alto Falgueras (falguera es helecho en somedano). Aunque visto
desde la vertiente de Pigüeces pudiera entenderse que ambos topónimos, Alto las
Gabuxas, y Alto Falgueras, es en realidad el mismo lugar, yo creo que se trata
de dos altos prácticamente unidos pero diferentes: Alto Las Gabuxas es la
cumbre más alta de La Sierra, donde está ubicado el jito, y lo es porque es la
parte más alta del paraje de Las Gabuxas (zona alta de La Fana de Pigüeña, con
argaña y peña caliza), mientras El Alto Falgueras es la parte más alta a modo
de campa de la mancha boscosa conocida como Falgueras, que vista desde la
vertiente de Pigüeces parece ser la cumbre en sí, aunque ésta todavía se encuentra
unos metros más allá. Quiero decir con esto, que si situados en la Braña de
Pigüeces por ejemplo, preguntásemos a un ganadero de Pigüeces como se denomina
aquella cumbre que vemos en lo alto del bosque, nos respondería: “El Alto
Falgueras”, pero cuando coronásemos el bosque y unos metros más allá alcanzásemos
el jito de la cumbre, veríamos que en realidad estamos en El Alto Las Gabuxas. Se
denomine como se denomine, estamos ahora ante una de las cumbres más
desconocidas de Somiedo. Espero que las fotografías aportadas puedan reflejar
la belleza de este ascenso a cumbre desde el pueblo de Pigüeña, una ruta que
apenas ha sido transitada por montañeros.
Todas estas entradas va a haber que ir imprimiéndolas y añadiéndolas al libro, Victor. Ta faltó poner un comentario del acceso "alternativo" al Alto El Tchaguazo, ejem, ejem.
ResponderEliminarSaludos, maestro.
Javi, tú lo que quieres es que reconozca que hubo un día en que me rendí en Somiedo a la tecnología de tu GPS, pero lo negaré incluso bajo tortura.
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