Página 156, ampliamos:
Desde El
Chanu la Furada se puede ascender hacia Campos de Gobia sin pasar por la braña
de Bustietchu. Se trata de seguir el cordal hacia arriba, no hay más secreto,
aunque sí desde luego, sorpresa y de las buenas.
El acierto de la decisión es pleno, pues
apenas dejo atrás la campera del Chanu La Furada obtengo respuesta a aquella
pregunta que hace tiempo me acechaba, ¿dónde se encuentra el “furao”?. Reconozco que ha
sido una mera casualidad, pero pocas veces me he sentido tan orgulloso de
descubrir algo sin disponer de información previa. Se trata de una enorme
puerta insertada en una peña, aquella que da nombre a este entorno.
Pero ya no es solo cuestión de La Pena La
Furada, el cordal es digno de conocer todo en sí con esas peñas de variadas
formas, la vieja alambrada que trataba de impedir la caída del ganado por la agresiva ladera
que cae hacia el Valle de La Tchamera a modo de verticales vatchinas, de nombre
Las Argaxadas, y las magníficas
vistas sobre las praderías asentadas en el fondo de dicho valle (El Práu Fonso, Los Bravos y Los Práus del
Cáscaru) así como la emblemática Pena
El Cáscaru.
Tras la empinada
cuesta, en ocasiones por cierto bastante incómoda al vernos afectados por la
picotera árgoma, el cordal se allana en lo alto presentando una fabulosa campa
mientras damos vista abajo a Las Fontes
de Campos de Gobia y al Canto La
Tchomba, ancho hombro que da fin al Valle de La Tchamera y entrada a la
braña de Campos de Gobia (información de esta braña páginas 157-15
Página 7. GLOSARIO DE TÉRMINOS
Página 7. GLOSARIO DE TÉRMINOS
Efectuamos aclaración sobre los términos Argaxada y Fana.
En
Somiedo decir “fana” implica siempre hablar de lo que popularmente se conoce
como un “terreno malo”, tanto para la deambulación del ganado como para la
actividad senderista del caminante. El topónimo “fana” aparece en muchos
parajes de Somiedo, sin que su configuración física aparezca siempre de igual
manera a la vista del ser humano, por lo que no es posible a mi juicio
establecer una descripción única de los elementos naturales que la componen que
pueda englobar a todos los supuestos existentes de fana, sino caso por caso.
En
todos los casos, la fana se presenta como una panza o resalte de naturaleza
rocosa y herbosa que sobresale de la montaña. Estas panzas pueden ser de poca
envergadura en relación a la ladera de la montaña u ocupar en cambio buena
parte de la misma. Entre las fanas se suele desarrollar sobre el terreno bien
una vatchina siempre de gran verticalidad (en unos casos estrecha, en otros más
amplia), bien una encajonada cárcava, y que en algunos casos suponía incluso su
utilización como treitas para lanzar la madera desde lo alto.
Dada
la fuerte pendiente de las vatchinas que se cuelan entre las fanas, es habitual
que por aquellas se deslicen lo que se conoce como “argaxadas” (ríos de piedra
y tierra) pues el terreno se ve afectado por aludes de nieve en invierno que acaban
arrastrando todo lo que asienta sobre el suelo.
El
argayo también puede aparecer en la propia fana, sobre todo en el talud lateral
de esta, pues la nieve del alud arrastra terreno por la vatchina y esto afecta
a la ladera de la fana cuya pared lateral acaba cediendo.
En
este conjunto de fanas y argaxadas, lo que siempre llama la atención del observador
es la zona argayada porque visualmente es lo más llamativo, mientras la fana la
apreciamos como una loma rocosa, cuya existencia la apreciamos como un fenómeno
lógico en la montaña.
A
veces en este conjunto destaca la fana por su envergadura, y en otras sin
embargo es la argaxada la que destaca en la visual por su amplitud y
cuantificación, por lo que al observar una zona de fuerte pendiente afectada
por argayos, si vamos al topónimo de la zona unas veces escuchamos “Las Fanas o
Fana de…” y otras veces “Las Argaxadas”, depende de cuál de los dos elementos es
el principal protagonista en la ladera, lo que al final genera cierta
confusión. En realidad no debería de ser así, y ambos elementos deberían de
tener su propio topónimo.
Un
ejemplo de ello lo encontramos en Los Puertos de Rodrigueiru y su peculiar
ladera. Si preguntamos por el topónimo encontraremos el de Las Argaxadas,
aunque en esa ladera hay argaxadas y hay fanas.
Por
si fuera poco, en otras ocasiones los desprendimientos del terreno son de tal
calibre en la ladera que casi todo el protagonismo se lo llevan los argayos de tierra
y piedra, un caos total y absoluto como
es el caso del Putracón, aunque el topónimo que prevalece para identificar la
zona no es el de Las Argaxadas del Putracón, sino el de La Fana del Putracón.
Pero
no acaba aquí la casuística de fanas, pues en otras ocasiones la ladera compuesta
de fanas es muy amplia, y lo que predomina sobre el terreno casi por completo es
la argana (hierba) a la que se une también la árgoma, de ahí que las panzas y
resaltes rocosos apenas se aprecien en la distancia, y muchas de las vatchinas
no lleven argaxada pues el alud de nieve se desliza sobre la vegetación, o si
la hay quede camuflada bajo la hierba. En estos casos todo se tapiza por el color
verde como en Las Fanas que se deslizan desde La Baba.
En
otros casos de este estilo, todo se aprecia en cambio por un tono de color amarillento,
al ser zona de árgoma y argana expuesta a cara sur, como es el caso de La Fana
de Pigüeces, donde además, los resaltes rocosos a modo de fana se mezclan con amplias
vatchinas de hierba, treitas pedregosas (cárcavas por donde se lanzaba la
madera), y anchas tchombas (panzas herbosas).
Como
vemos, cada caso de fana es singular, y ha de analizarse individualmente,
aunque como dije al inicio, fana = terreno malo, eso sí que es común a todos
los casos, de ahí que en muchas ocasiones donde hay fanas hay alambradas para
evitar los accidentes del ganado vacuno.
Por
lo que respecta al topónimo de la fana, en algunas ocasiones a un conjunto de
fanas se le denomina con el plural: “fanas” (Las Fanas de Fuexu), y entre los ganaderos cada fana tiene su topónimo. En
otros casos sin embargo se utiliza el singular “fana” para englobar a todo el conglomerado
de fanas en sí.
Las Fanas de Fuexu, en plural, son varias y cada una con su topónimo.
La Fana El Xiblo, singular, aunque observamos varias.
Impresionante documento, Orbayu. Siempre aprendiendo a tu lado. Un abrazo
ResponderEliminarCada día queda uno más sorprendido de los conocimientos que nos aportas. Un abrazo
ResponderEliminarVoy a tomarme la libertad de recomendar este blog a todos mis compañeros de montaña, aunque sobrepasa con creces los intereses de los montañeros, adentrándose en otras materias. Me parece muy interesante y didáctico.
ResponderEliminarQue guapo ese "furao". Por ahí tenemos que volver, que además tenía interés en hacer de nuevo el camín de las cabras.
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